Hidrógeno Verde, la energía del futuro que encuentra en la Patagonia condiciones ventajosas para su desarrollo

Mientras el cambio climático invita de manera urgente a reducir la contaminación, el Gobierno firmó un convenio con la empresa australiana Fortescue que promete convertir la Patagonia, y en especial a la provincia de Río Negro, en un polo de producción de hidrogeno verde que a futuro será parte esencial de la matriz energética en reemplazo de los combustibles fósiles tradicionales.
El anuncio del presidente Alberto Fernández, en el marco de la 26ª Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), fue ponderado como una "inversión millonaria" de alrededor U$S 8.400 millones que permitirá la creación de más de 50 mil empleos de manera directa e indirecta.
La planta se levantará en Sierra Grande sobre un predio de 600 hectáreas alrededor del muelle mineralero de Punta Colorada. En el lugar se realizará todo el proceso a partir de la instalación de generadores eólicos o paneles solares, aprovechando el potencial de las energías no renovables en Patagonia. Se estima la obra etará lista hacia 2024.
El hidrogeno verde se erige como una eficaz solución para electrificar el transporte marítimo de larga distancia, la aviación y las industrias pesadas. A diferencia de otros combustibles, no produce dióxido de carbono (CO2), principal componente de los gases de efecto invernadero.
¿Cómo se obtiene?
Como sucede con la fractura hidráulica en la industria hidrocarburífera, su obtención también presenta un costo elevado. Sucede que el hidrogeno del planeta se encuentra en combinación con otros elementos ya sea agua u oxigeno. Es por eso que hay someterlo a un proceso de separación llamado electrólisis donde a través de impulsos eléctricos se separa la molécula a través de energías limpias como la eólica o solar.
En la actualidad, la generación de hidrógeno se realiza a partir de otras fuentes que motivan distintas definiciones según la fuente original: así puede ser a partir de petróleo o carbón (hidrógeno negro); de gas natural (hidrógeno gris); o a partir de gas pero con tecnología de captura y almacenamiento de carbono (hidrógeno azul).
Esta tecnología, implica una gran oportunidad para Argentina que tiene una amplia ventaja competitiva para generar energía renovable eólica con buenos vientos en la Patagonia, hidroeléctrica con importantes proyectos pendientes y también solar por los niveles de radiación en el NOA. En ese sentido, también es fundamental el papel de IMPSA para el desarrollo de la matriz.
En momentos que los países centrales comienzan a observar con preocupación el daño que ellos mismos hicieron, el hidrógeno verde promete ser una fuente de energía sustentable que podría reemplazar cerca de tres cuartos de las emisiones globales de carbono.
Países como Australia, Alemania, Países Bajos, China, Arabia Saudita y Chile ya incursionan en el método. Otros como Argentina ven en 2030 un amplio horizonte exportador y el ingreso de dólares para ampliar la base monetaria.